En la Biblia no se habla de posiciones sexuales. Tampoco es que se diga nada “explícito” del sexo. Sin embargo, el sexo siempre ha sido un tema recurrente en la Iglesia y se ha condenado a muchos por diferentes gustos sexuales, incluso por no practicar las posturas sexuales que los curas y sacerdotes decían que eran las que había que llevar a cabo: el misionero y poco más.
Así que, si te hablamos de estas posturas sexuales, seguro que, a ojos de algunos más religiosos, vas a arder en el infierno (literalmente):
- Misionero invertido. La postura del misionero nos dice que el hombre debe estar encima de la mujer. Pero si lo invertimos, es la mujer la que estará encima y, según dicen, eso es un pecado porque lo que se hace es someter al hombre (y se supone que una mujer no puede hacer eso porque la propia mujer es el pecado).
- Piernas levantadas. Una de las posturas sexuales que hay es aquella en la que la mujer, tumbada sobre su espalda, levanta las piernas y las coloca sobre los hombros del hombre. Según la religión, una mujer jamás debe elevar las piernas salvo en el parto.
- Pues sí, el 69 está muy mal visto (a pesar de que es maravilloso para la pareja) igual que el sexo oral. Es una postura en la que ambos sienten placer proviniente de su pareja pero, para la religión, es algo humillante lo que se hace.
- Sexo anal. Teniendo en cuenta que, en la religión, el sexo se ve como una forma de reproducción, cualquier otra práctica sexual que no desemboque en eso está mal vista y en este caso el sexo anal es así.
- Sexo de rodillas. Para los religiosos, uno solo debe arrodillarse para rezar, pero no para el sexo.
- Sexo sentado. Cuando el hombre está sentado sobre una silla y la mujer se sienta sobre el hombre es pecado según la religión por dos motivos: primero, porque solo se puede practicar sexo en la cama; y segundo, porque cuando es la mujer la que domina, es porque el demonio o el mal ha influido sobre ella (es decir, que la consideran de p. para arriba).
