¿Has oído hablar alguna vez de las varices pélvicas? Es posible que, cuando oigas hablar de varices te preocupes porque es una de las molestias más habituales en las mujeres y que tiene bastantes complicaciones médicas y estéticas. La mayoría de las varices se presentan en las piernas y son síntomas debido a una mala circulación, a la genética, o bien a pasar mucho tiempo sin poder mover las piernas.
Curar las varices no es fácil y no siempre se puede hacer. Sin embargo, hay otro tipo de varices que también pueden ser incómodas y tener muchas complicaciones para la mujer. Nos estamos refiriendo a las varices pélvicas.
Las varices pélvicas afectan normalmente a entre un 10 y un 15% de las mujeres. Muchas de esas mujeres no llegan a saberlo porque no hay ningún rastro físico y los síntomas pueden confundirse fácilmente con otro tipo de dolencias.
Las varices pélvicas se originan casi siempre por una dilatación extrema de las venas en el área pélvica haciendo que la sangre no corra lo suficientemente bien. Esto provoca la aparición de las varices aunque se pueden formar en varios lugares diferentes como puede ser la vejiga, la vulva, las trompas de Falopio, o el útero.
La edad habitual en la que se producen las varices solo será entre los 30 y los 50 años y casi siempre en mujeres que ya han tenido uno o más embarazos, que tienen trastornos menstruales o que tengan un estreñimiento regular.
En cuanto a los síntomas, el primero es más habitual en estos casos suele ser una sensación de pesadez en la zona baja del vientre. También se tienen reglas bastante dolorosas ya no sólo en la zona habitual sino también en la cintura y espalda. El dolor suele ir a más en ciertas posiciones como puede ser cuando se está sentada o bien si está mucho tiempo de pie.
Si crees que puedes tener varices pélvicas o quieres estar segura, lo mejor es que acudas a un especialista.
