CITAS IMPRESCINDIBLES

Las peores escenas eróticas de la literatura

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Con el éxito de la saga 50 sombras de Grey de E. L. James, lo cierto es que hay muchas personas que piensan que las escenas eróticas protagonizadas por Anastasia Steele y Christian Grey dejan mucho que desear. Otros, en cambio, piensan que son de lo mejor y han abierto una puerta al erotismo que antes no estaba tan abierta (a pesar de que se publicaban novelas de este tipo en todo el mundo pero nadie decía abiertamente que las leía).

Sin embargo, hoy vamos a comentar sobre el Premio al Mal Sexo en Ficción, un premio que se creó en 1993 y que, desde esa fecha, se ha ido otorgando. Y no, no nos lo hemos inventado es real y podemos decir por ejemplo que recibió un premio The City of Devi, de Manil Suri.

Según las bases del premio, éste se da a las peores descripciones del acto sexual y no se libra nadie. Hablamos de nombres famosos como Tom Wolfe que se llevó el galardón en 2004 por Soy Charlotte Simmons donde hablaba de los usos y costumbres amorosas de los universitarios americanos. O por ejemplo Normal Mailer, en 2007 con su El castillo en el bosque, al describir el coito que engendró a Hitler y que hizo que muchos se escandalizaran, y no por el placer o lo bien hecha la recreación.

Pero porque nos gusta que también vosotras podáis verlo por vosotras mismas, aquí veréis los últimos galardonados y el extracto en sí:

  1. List of the Lost de Morrissey

“En esto, Eliza y Ezra dieron vueltas entre risitas, en una bola de nieve de rebosante cópula, gritando y gimiendo mientras se mordían y tironeaban juguetonamente en una peligrosa y escandalosa montaña rusa de violento espiral, con los pechos de Eliza rodando por la boca rugiente de Erza, y el doloroso frenesí de su saturada protuberancia extenuando su excitación mientras embestía y golpeaba su camino hacia cada músculo del cuerpo de Eliza, excepto por la que, de otra manera, sería la zona central”.

  1. “La edad de la magia” (The Age of Magic) de Ben Okri

“Ella cobró conciencia de que había lugares de su cuerpo que solo podían haber sido escondidos allí por un dios con sentido del humor”.

  1. “Los estadísticos se regocijan” (The City of Devi) de Manil Suri

“Seguramente había supernovas explotando en ese momento en algún lugar, en alguna galaxia. La choza desaparece, y con ella, el mar y la arena; sólo el cuerpo de Karun, encerrado con el mío, permanece. Luchamos como superhéroes a través de los soles y los sistemas solares, nos zambullimos en bancos de quarks y núcleos atómicos. En celebración de nuestro avance por la cuarta estrella, los estadísticos de todo el mundo se regocijan”.

  1. “Un espacio ondulado con cielos ondulados y no-cuerpos ondulados” (Infrared) de Nancy Huston

“Nunca me cansaré de esa fluidez plata, mi sexo nadando en alegría como un pez en el agua, mi ser liberado de mí misma y de los demás, la sensación temblorosa, la palpitación carnal y rosa que te separa de todos los colores y de toda la carne, haciéndote ver únicamente estrellas, constelaciones, vías lácteas, impulsándote sin cuerpo y sin alma a un espacio ondulado donde los cielos ondulados convierten tu no-cuerpo en ondulado”.

  1. “Las joyas de la familia” (Ed King) de David Guterson

“En la ducha, Ed permaneció de pie con sus manos detrás de la cabeza, como alguien a quien acaban de arrestar, mientras ella lo maltrataba con una barra de jabón. Después de un rato, cerró sus ojos, y Diane, utilizando sus uñas y mirando a su cara, lo ayudó con sus dos experimentadas manos, una de las cuales estrujaba las joyas de la familia”.

  1. “Su pezón era como un bello animal nocturno” (The Shape of Her) de Rowan Somerville

“Desabotonó la parte delantera de su blusa y la abrió para dejar al descubierto su pecho, su pezón empujado hacia afuera, vuelto hacia arriba como la nariz del más bello animal nocturno, olisqueando la noche. Él lo tomó entre sus labios y chupó su sal”.

  1. “Usaría mi pene como una estaca” (Las benévolas) de Jonathan Littell

“Me corrí de repente, una sacudida que vacío mi cabeza como una cuchara rebañando el interior de un huevo cocido. Si aún pudiese empalmarme, pensé, usaría mi pene como una estaca endurecida por el fuego, y dejaría ciego a este Polifemo que me convirtió en Nadie. Pero mi polla permanecía inerte, y yo parecía haberme convertido en piedra”.

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