¿Por qué será que todos los hombres se preocupan solo por el tamaño de su pene? ¿Creen realmente que las mujeres solo nos preocupamos de eso? Lo cierto es que no. Cuando un hombre se desnuda delante de una mujer, ésta no tiene por qué fijarse solo en que tenga una buena “herramienta”, sino en saber si esa “persona” puede proporcionarle un buen orgasmo.
De hecho, hay cuatro rasgos que funcionan mucho mejor y que no tiene por qué estar relacionado con el tamaño, algo que muchos hombres se obcecan a la hora de compararse con otros.
No muy grande. Como sabes, el punto G de la mujer está muy cerca de la entrada de la vagina, por lo que no es cierto que solo los hombres con un pene grande van a llegar a él. De hecho, este mito se creó porque muchos hombres no encontraban el punto G y pensaron que era porque la mujer lo tenía tan dentro de su vagina que solo un pene grande lograría alcanzarlo. Pues bien, no es así, con lo cual, eso de “gran tamaño”, se queda obsoleto, más teniendo en cuenta que con el pene normal se puede llegar a rozar ese punto (e incluso más pequeño).
Pequeña protuberancia. Hay algunos penes que, en el glande, tienen una pequeña protuberancia, incluso un poco de curva, que son ideales para encontrar el punto G porque, con ellos, se accede más fácilmente y roza justo donde las mujeres lo necesitan.
Una cabeza ancha. O lo que es lo mismo, el glande ancho. Esto ayudará a tener mejores orgasmos porque, debido a esa anchura, el frotamiento con las paredes vaginales y el punto G será mayor.
Un eje grueso. Por si no lo sabes, el exterior de la vagina también es muy sensible y es por eso que, si se estimulan los nervios por esa zona, se notará mucho más y estimularás esas zonas erógenas que no todos los penes consiguen. De ahí que no se quiera un pene largo, sino uno normalito y grueso, porque se disfruta mucho más.
