Si te atrae el BDSM y quieres disfrutar de alcanzar el orgasmo a un nivel superior, como se consigue con las prácticas de dominación y sumisión, entonces esto que te vamos a contar te interesa, y mucho. Y es que puedes encontrar, en estas posiciones y técnicas, una apertura a todo un mundo de juegos.
¿Te animas a intentarlo?
- Algo común en el BDSM. Limitar el movimiento de la mujer hace que la excitación aumente, siempre y cuando haya probado esto antes y tenga plena confianza en la otra persona. Restringir las manos o los pies es lo más normal, aunque también puedes optar por el shibari y por otras técnicas sexuales donde la restricción se convierte en un arte en vivo.
- Negación del orgasmo. ¿Te imaginas lo que pasaría si estuvieras a punto de llegar al orgasmo y, de repente, te lo negaran, o hicieran algo para impedirlo? Seguramente estarías frustrada pero si vuelve a empezar, te notarás más excitada y deseosa, pendiente de esa persona dominante para que te dé el placer que estás buscando y que no te deja alcanzar.
- Juego sensorial. Antes de cualquier penetración, a veces antes incluso del uso de juguetes eróticos, utilizar los sentidos, el tacto, la boca, etc. para erotizarla puede hacer que te vuelvas mucho más deseosa de ese momento.
- Posición extendida. Esta posición ofrece al dominante la posibilidad de controlar a la sumisa en todos los aspectos. Se trata de una posición donde la mujer queda al servicio del dominante y permite cumplir sus deseos.
- Posición del perrito. Eso sí, tumbada sobre el vientre y con el trasero levantado y las piernas abiertas. Se trata de una posición de sumisión donde se cede el control al dominante al abrirse a él.
- Posición de sumisión. Normalmente suele ser de rodillas, con las piernas abiertas para que tenga un mejor acceso a su sexo. Es una postura que implica dar placer oral al dominante al mismo tiempo que él puede tocar, bien con los pies o con las manos, el sexo de la mujer o los pechos, provocando placer o dolor.