ADOLESCENTE

7 consejos útiles para charlar de sexo con tu hijo (II)

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Seguimos dándote consejos para poder hablar de sexo con tu hijo, un momento incómodo para muchos padres pero que no tiene por qué ser así. ¿Acaso no te acuerdas de cuando eras adolescente y hubieras dado lo que fuera por saber más sobre tu sexualidad o que tus padres te hubieran ayudado más?

Aquí tienes otros consejos:

  • No hables de sexo cuando él no lo haya pedido. Hoy día en las películas, las series, hasta en los anuncios hay sexo. No porque salga hemos de hablar de ello si el adolescente no lo ha pedido, así que mejor dejarlo para cuando él o ella pregunte.
  • Sé un modelo. No importa que le digas a tu hijo una cosa u otra si después tú no le demuestras que lo haces. No hay que decir algo y tú hacer lo contrario porque tu hijo y tu hija aprenderán de ti, no de manuales. Puede que primero debas valorar si tú lo haces bien para que ellos entiendan sobre sexualidad (hablamos por ejemplo de comportamientos como dar un beso a la pareja, o de disfrutar de un día en la cama con la pareja sin tener que esconderse; o de acariciarla sin pensar que estás haciendo algo que no deberías delante de tus hijos).
  • Decir lo bueno, y lo malo. El sexo es algo bueno, sí. Pero también tiene muchas cosas malas y los riesgos van a estar ahí siempre. Es algo de lo que se debe hablar. Muchos padres tienen conversaciones sobre sexo con sus hijos hablando únicamente de lo malo del sexo pero para ellos es una forma de azuzarles ya que tienden a hacer lo contrario de lo que se les dice y algo que tiene riesgos para ellos es un desafío para ver si pueden evitar esos riesgos. En la medida de lo posible, trata de hablar de sexualidad pero no limitándote a las relaciones físicas, al sexo, a los riesgos, etc. La sexualidad es mucho más que eso.
  • No condenes. Cuando un adolescente se ve pillado in fraganti conociendo su cuerpo, muchos padres se escandalizan por lo que han visto y el chico o chica piensa que ha hecho algo malo. No hay que pensar en eso y desde luego no hay que condenarlo por querer conocerse a sí mismo, de hecho, es el primer despertar que tiene. En este caso eso te da pie a intentar acercarte a él o ella y, no darle la charla, sino estar disponible por si tiene preguntas y le gustaría hablar de ello. Siempre de forma tranquila, serena y positiva.

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