Encarni Arcoya

Buscando desesperadamente al hombre malo en las novelas

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Hace un tiempo una lectora me preguntó cómo era posible que siempre que se leía un libro se acabara enamorando del malo. Aunque fuera el personaje que más torturaba a la protagonista, que más la enfadaba o que peor se comportaba, para ella ese carácter hacía que más se fijara en él y que quisiera que acabara teniendo un final feliz con la protagonista.

Quizá no te has dado cuenta pero son muchas las mujeres que, ante un personaje bueno, simpático, que siempre está ahí cuando se necesita, ellas prefieren al malo, al que siempre echa a un lado a la protagonista por mucho que intente esta acercarse a él. ¿Es por algo en concreto? Pues en realidad no, es nuestra naturaleza.

Investigando un poco, hay muchas novelas románticas y eróticas que presentan estos tres tipos de personajes, a uno malo, maloso, que es al final al que más quieres; y a otro que está a tu lado siempre, y que en muchas ocasiones se queda como “mejor amigo”. No quiere decir que todas sean iguales, pero sí hay una proporción elevada de esas novelas.

¿Acaso buscamos a ese sr. Grey? Es posible. Pero sobre todo buscamos:

  • Un hombre que se haya hecho a sí mismo. Quizás es por esa independencia, por no dejarse llevar por los demás, ni por la sociedad.
  • Un hombre de carácter, pero sentimental. Una persona que sólo muestre sus sentimientos con la persona adecuada, que para los demás sea un león pero que, en el fondo, con una sola persona pueda ser un gato, con carácter, por supuesto, pero tierno y dulce.
  • Un hombre de película. O mejor debería decir de libro. Y es que en los libros, los y las escritoras muestran el anhelo que se tiene por un hombre concreto, creando así un ideal masculino que, a veces, no tiene nada que ver con la realidad. Pero, como en la ficción todo vale, y fantasear es gratis, ¿por qué quedarse sólo con lo real?

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