Todavía hay mucha gente que piensa que los juguetes sexuales solo se deberían usar para la masturbación, que en lo que es el sexo propiamente dicho, o con la pareja, no deberían existir porque ya se tiene a otra persona que es quien debe estimular a la pareja. Pero en realidad no tiene por qué ser así.
Si se utilizan juguetes sexuales con la pareja es solo para mejorar el sexo, como una ayuda, no como un sustituto ni tampoco como una ayuda a alcanzar el orgasmo o la satisfacción sexual ya que esto suele ser el principal problema, que se piensa que no se es suficiente.
Introducir los juguetes sexuales en el dormitorio es sencillo, pero hay que seguir una serie de pasos importantes. Uno de ellos es la comunicación. Es bueno hablar antes de los juguetes sexuales y comentar con la pareja los motivos que se tienen para introducirlos así como tranquilizar a la pareja porque no significa que un juguete la vaya a reemplazar. Para lo que sirven es para mejorar la experiencia sexual.
Conviene también intentar involucrar a la pareja en la compra de los juguetes sexuales. No es algo que solo se deba comprar para uno sino para los dos, ya que ambos pueden usar el juguete para jugar. Un vibrador, un estimulador, unas pezoneras… Se puede empezar por algo sencillo y después ir más allá conforme la pareja se vaya sintiendo cómoda con el uso de los juguetes eróticos. Esto puede ser un paso duro si la persona nunca ha visto juguetes sexuales o se siente incómoda al acudir a esos lugares, pero tienes internet para ayudar a las compras.
Por ejemplo, se puede optar por juguetes que den libertad de tal forma que se coloquen y se olviden mientras hacen su efecto (por ejemplo para lubricar más a la pareja). Así tampoco se ve como un “intruso” o algo que la pareja tenga que estar pendiente de ello y permite que los juegos preliminares se lleven a cabo sin problema.
Lo importante es que la pareja se sienta a gusto con los juguetes sin verlos como una amenaza ni tampoco como si solo con ellos se pudiera conseguir la satisfacción en el sexo.