Vamos por partes. Hay que tener en cuenta que no todos están cómodos al tener la cabeza de alguien entre las piernas, menos aún por un periodo prolongado de tiempo. Pero por otro lado nos encanta que nos laman en los genitales, y lo disfrutamos muchos. Entonces, ¿cuál es el problema de los cunnilingus?
En realidad hay muchas personas que disfrutan con esta técnica de sexo oral pero no les gusta pensar que esa pareja esté mucho tiempo. Y llega un momento en que el placer se convierte en ansiedad y necesitan parar. Para que eso no pase, vamos a darte solución a los principales problemas de un cunnilingus.
No estás suficientemente excitada. Puede que pienses que, con tu lubricación habitual, tienes de sobra, que estás excitada y que no necesitas nada más. Pero el lubricante no es malo, ni tampoco quiere decir que no seas capaz de mojarte lo suficiente. Es solo una forma de mejorar las sensaciones que vas a experimentar. Puedes escoger incluso uno de sabor para estimular más a tu pareja, o hacer del lubricante un juego en sí.
Te preocupa que haya problemas en la vagina. Es posible que estés preocupada porque huela, porque la vea fea, o por mil aspectos más. Pero si llevas una higiene adecuada, no tiene por qué querer decir que va a estar mal. Si no le gusta, pues nada, él se lo pierde. Ten en cuenta que la vagina cambia según el ciclo en que estés, hasta el punto de oler de una manera o de otra según el ciclo. Así que no te agobies con eso. Y si lo haces, basta con que te laves bien antes de tener sexo para que no haya problemas. Además, también dispones de desodorantes vaginales que pueden evitar el olor (aunque en ocasiones éste viene de dentro y se produce cuando te excitas, así que volvemos al primer punto, usar lubricación con sabor para paliar el olor).
