Cuando se llega a la adolescencia, es normal que uno aprenda sobre su cuerpo de la única manera que se puede: tocándose. Sin embargo,hay ocasiones en las que, ya sea por un trauma, o por otros motivos, la masturbación no se disfruta. Y cuando eso pasa, hay que intentar arreglarlo porque no se hace nada malo, al contrario, se le dan muchos beneficios al cuerpo.
Pero, ¿por qué puede ocurrir que no se disfrute la masturbación?
Por un trauma. Es uno de los principales problemas que pueden urgir y es que, en ocasiones, bien porque han sido pillados in fraganti y reprendidos por ello, la masturbación se vuelve como algo malo, muy malo, y se piensa que no se debe hacer por ningún motivo. De ahí que de hacerla, no se disfruta. También puede haber miedo, sobre todo en la adolescencia, por hacer algo que no se sabe si está bien o no.
Por aneyaculación. Esto es una incapacidad para eyacular, es decir, para conseguir el orgasmo, de tal manera que, como se tarda mucho tiempo, o aun dedicándole tiempo, no se produce, no se siente placer con la masturbación y acaba abandonándose.
Por frigidez. La frigidez se produce cuando una mujer no tiene deseo sexual y no siente satisfacción en el sexo. Esto puede ocurrir también en la masturbación porque, para ellas, no les supone nada masturbarse, no le encuentran alegría ni sienten nada por hacerlo.
Este tipo de problemas hay que solucionarlos para poder vivir una sexualidad plena y lo mejor en estos casos siempre es recurrir a un profesional en el tema ya que hablamos de un trastorno que hay que tratar para evitar que vaya a más (no solo en la masturbación, sino también en las relaciones de pareja).
Lo que debe quedar claro es que la masturbación no es mala, ni mucho menos. Es muy beneficiosa para el cuerpo y no tiene nada de malo recurrir a ella, ya sea que se tenga pareja o no. Esto es importante porque el hecho de tener pareja no tiene por qué repercutir en la autosatisfacción.