José M. Ponce

Descalzas en la ciudad

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i284008264504399450-_szw1280h1280_ El fetichismo del pie o podofília es una de las parafílias más frecuentes, conocidas y practicadas en diferentes ámbitos de la sexualidad alternativa. Presente en los juegos de humillación, debido a su carácter simbólico, y en los de tortura, gracias a su sensibilidad extrema, el fetichismo de los pies incluye también variantes tan explícitas como el footjob (masturbación podal) o tan inocentes como el cosquilleo erótico. Hasta aquí nada nuevo.

Pero si me refiero al aretifismo, la cosa cambia y pocos sabrán de qué estoy hablando. La palabreja en cuestión define el estímulo erótico provocado por personas que caminan descalzas en lugares públicos y/o sobre diferentes superficies o texturas. El aretifismo mezcla en un mismo saco el fetichismo de los pies, el voyerismo y hasta la vida sana y la ecología. Como en casi todo lo relacionado con el fetichismo, el objeto de deseo está vinculado a la mujer, aunque también se da, con menos frecuencia,  en el ámbito gay.

La excitación ante la visión de una chica descalza en la calle suele ir acompañada del gusto por las plantas sucias y las durezas y callosidades propias de quien no usa calzado. A diferencia de los sumisos adoradores del pie de su ama, que buscan ser humillados por unos pies suaves y delicados, ese mismo deseo de lamer y besar los pies también está presente con frecuencia en el ámbito del arefitismo, aunque sin los actos degradantes propios de la dominación femenina. De hecho,  la verdadera esencia del asunto está en la contemplación de chicas vestidas, pero descalzas, en ambientes urbanos y públicos.  i284008264504624551-_szw1280h1280_Elementos ornamentales como anillos en los dedos o pulseras en los tobillos son también muy apreciados. Una variante, cercana a la tortura del pie (foot torture) está presente cuando el sujeto camina con los pies desnudos sobre terrenos accidentados o extremos, como el asfalto caliente, la nieve o las rocas, aunque en muchos casos, lejos de buscar el dolor de la protagonista, lo que se valora es la resistencia y la dureza de sus pies. En algunos casos, las protagonistas pueden bailar sobre cristales, cama de clavos o brasas.i284008264504625035-_szw1280h1280_

El mundo barefooter (descalzo) tiene su propio argumentario en los beneficios para la salud de caminar a pie desnudo e incluso de practicar deporte sin las cotizadas zapatillas de marca tan del gusto de los runners. Varias páginas web están dedicadas a dar consejos al respecto e incluso a prevenir sobre aspectos legales.

Por último, destacar que la vida descalza tiene sus propias heroínas de fama internacional. En el primer lugar del top esta Olga Gavva, una bailarina rusa, afincada en San Petersburgo, que ostenta la nada despreciable cifra de 20 años sin zapatos, con el agravante de vivir en una ciudad con temperaturas extremas. La española Cecilia Descalza, con ocho años de pies desnudos a sus espaldas, la rusa afincada en Costa Rica Nastya Deiniris y la peruana Yuditza también figuran entre las más reconocidas. Y no olvidemos a la cantante británica Joss Stone, todo un icono debido a la frecuencia con que actúa descalza. Todas ellas tienen presencia en las redes sociales y suelen frecuentar las páginas web especializadas.

http://barefoot-urban-girls.com

http://www.city-feet.com/

http://www.bocukom.com/

 

José M. Ponce.

Fotografías del autor.

Modelos: Cecilia Descalza, Nastya Deiniris.

 

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