Como ya te dijimos en una anterior entrega, el BDSM es una de las fantasías sexuales que tienen hombres y mujeres. Pero, quizá por las dudas, por el miedo o por el qué dirán, no se suele llevar a cabo. Por eso, para evitar ese problema y que puedas dar rienda suelta a esa fantasía, te dejamos algunos consejos para practicar por primera vez el BDSM. A veces lo desconocido asusta hasta que te enfrentas a ello, ¿no crees que merece la pena?
- Pide una contraseña. Conviene, sobre todo en las primeras sesiones, tener una contraseña para finalizar el juego de inmediato. Puede ser porque te agobies, porque sientas mucho dolor, o porque el miedo se apodere de ti. Normalmente suele ser la palabra “rojo” pero puede ser cualquier otra palabra. Esto también requiere que no te eliminen la posibilidad de hablar para que puedas decirla si algo va mal.
- Juguetes sexuales. Se usan, sí, pero con cuidado, sobre todo en algunos como los que se usan para golpear o dejar marcas porque pueden herir la piel o provocar más dolor del que deben.
- Las pinzas no son un instrumento que pueda soportar cualquier persona, además de que son muy dolorosas según la sensibilidad que se tenga. Hay quienes toleran mejor un tipo de pinzas que otras y por eso te aconsejamos que pruebes antes de jugar en serio con ellas porque se suelen colocar en los pezones o en los labios mayores y menores.
- Restringir tus movimientos puede ser muy placentero y redescubrir tu erotismo pero también sumirte en un estado de nerviosismo o de miedo. Por eso es que no deberías probarlo hasta no ver todo lo anterior y saber si te gusta. Dejar a la otra persona la libertad para hacerte lo que quiera sin que te puedas mover o escapar puede tener consecuencias negativas.
- Aprende a saber lo que te gusta. Cuando juegas en BDSM hay muchas prácticas y elementos que se usan. Y algunos te gustarán más que otros. Después de probarlos, puedes calificarlos para saber los que pueden volverse a usar y desechar los que no. Pero siempre prueba porque si no lo haces, quizá te estés perdiendo algo que te pondrá como una moto.