Acabas de tener relaciones sexuales con tu pareja y habéis usado protección. Ambos habéis tenido un momento único hasta el clímax y estáis encantados. Y de repente, tu pareja empieza a tocar por toda la cama, o el lugar donde estáis, a mirar por todos lados, a encender las luces si las teníais apagadas. Y es cuando suelta una pregunta fatídica: ¿Y el condón?
¿Te ha pasado eso alguna vez? El condón no es algo que puedas fijar al pene del hombre y sepas que de ahí no se va mover. Esto no es así. Y el problema puede venir en que se te haya quedado dentro.
Lo primero es que intentes calmarte. Cuando más nerviosa te pongas más difícil será dar con la solución. Así que toma nota de esto:
- Asegúrate de que el condón no está por donde estéis, que se haya caído en algún lugar. Para ello lo mejor es que sea él quien lo busque, moviéndote un poquito para ver si está por fuera. No te recomendamos que te muevas mucho para evitar que con el movimiento puedas hacer que el condón se meta más si lo tienes dentro aunque algunos comentan que es bueno ponerse en pie para que éste caiga (dependiendo de dónde esté alojado).
- Si se diera el caso de que no está, hay que mirar entre tus piernas para ver si lo ve a simple vista y, en caso contrario, usar las manos para, con cuidado de no hacerte daño, buscarlo por dentro. No decimos que te vaya a meter toda la mano pero sí un par de dedos para palpar en busca del condón perdido (parece hasta título de una peli).
- En caso de que no lo encuentres, o no pueda sacarlo, tendrás que ir de inmediato al ginecólogo. Y de inmediato decimos ese mismo día o como mucho al siguiente ya que, si te dejas un condón ahí, donde además hayan eyaculado, tienes dos problemas: quedarte embarazada y causar una infección vaginal que puede darte muchos, muchos problemas. No te cortes por tener que ir y explicar el problema, aunque no lo creas, eso ocurre muchas más veces de las que te crees pero sí es verdad que tendrás que tomar precauciones para no tener que ir siempre que tengas relaciones sexuales.
