¿Qué sabes del orgasmo femenino? ¿Has leído mucho sobre él? ¿Lo has sentido? El orgasmo es una manifestación del clímax que se produce cuando, por una atención en esa parte de tus genitales, se produce una respuesta. Pero hablemos más sobre él.
El orgasmo femenino puede decirse que es como el masculino. De hecho, tienen similitudes pero también diferencias importantes sobre ellas que conviene saber para conseguir el máximo placer.
Centrándonos en el orgasmo femenino, la terapeuta sexual Elena Jorquera lo define como la “respuesta neurovegetativa producida por el organismo que se debe a los estímulos durante la fase de excitación y meseta”. Hablando un poco anatómicamente, el orgasmo se produce cuando los músculos pélvicos y los genitales se tensionan hasta un límite debido a la cantidad de sangre que hay en esa zona y que hace que se envíe un mensaje a la médula. Ese mensaje es el que desencadena el orgasmo porque hay una liberación de esa tensión a la que se somete al cuerpo además de una liberación de hormonas del placer (la oxitocina, entre otras).
Esas contracciones se producen cada 0,8 segundos y cada mujer puede tener más o menos contracciones. Una vez se produce el clímax, las contracciones bajan en intensidad y duración aunque pueden volver a producirse (son los llamados orgasmos múltiples).
Cuando se produce un orgasmo, o va a producirse, normalmente hay algunos cambios físicos en las mujeres como son: aumento de la frecuencia cardiaca y de la respiración, aumento de la presión arterial, pezones más duros y sensibles, contracción del útero y la vulva, aumento del placer.
En este caso esa sensación puede durar más o menos tiempo ya que una mujer puede retener o controlar su orgasmo durante un tiempo, o hacer que otro lo controle pero la necesidad de llegar al orgasmo siempre está incipiente y hace que lo anhele más, e incluso que esté más receptiva.
En cuanto a cómo se produce el orgasmo, cada mujer es un mundo. Hay quien con la penetración puede tener un orgasmo aunque, en la mayoría de mujeres, se requiere de una estimulación del clítoris o incluso de una combinación del clítoris y el punto G para conseguirlo. Por supuesto, si pasado el orgasmo se sigue estimulando, se puede conseguir repetir el orgasmo y tener una cadena de éstos.