Practicar yoga tiene muchos beneficios, muchísimos. Pero, ¿sabías que también en el sexo?
Bueno, una de las prácticas del yoga es el llamado “hot yoga”, donde no, no quiere decir que es un yoga para excitarnos, aunque más de una y de uno lo vea así y, cuando lo haya practicado, se haya excitado con sus compañeros o profesores.
Nos estamos refiriendo a otra práctica, un yoga cuyo objetivo tiene que ver con el sexo. Se tata de una nueva modalidad llamada “Oyoga” que se basa en liberar las ataduras que se tienen y ponernos en contacto con nuestra sexualidad hasta el punto de alcanzar el orgasmo.
La creadora de Oyoga es Psalm Isadora, una experta en tantras, salud y empoderamiento de la mujer que buscó combinar el yoga con la danza del vientre y el baile burlesque. Sin embargo, con respecto al Oyoga, lo creó en un viaje a la India donde buscó ayudar a las mujeres que habían conseguido escapar de la prostitución a que no tuvieran una aversión al sexo sino que conectaran con su propia sexualidad.
¿Y qué se hace en el Oyoga? Pues bien, lo que se hace es, mediante una sesión grupal, exteriorizar los problemas sexuales y escuchar a los compañeros. De ese modo se intenta reflejar el hecho de que todos tenemos problemas sexuales (o dudas) que hay que resolver.
Después de eso se pasa a la parte física donde, mediante ejercicios, se intenta ejercitar el suelo pélvico y, en el caso de las mujeres, también la excitación del clítoris. Para conseguirlo, se usan muchas enseñanzas del sexo tántrico. De hecho, aunque hablamos de un tipo de yoga que se suele realizar individualmente, lo cierto es que también se podría poner en práctica en pareja.
Actualmente esta técnica está muy extendida en escuelas de yoga de Estados Unidos y poco a poco va llegando a Europa. Habrá que ver si realmente nos funciona.