La sexualidad está presente en cada persona desde que nacemos. Ya desde pequeños nos damos cuenta de los cambios que hay entre niños y niñas, y también del placer que se siente al tocar ciertos lugares, aunque no sea algo de lo que se hable, ¿quizá por tabú?
Conforme crecemos, nos damos cuenta de la sexualidad, empezamos a disfrutar de ella pero, ¿conocemos qué derechos tenemos?
Cada persona tiene unos derechos sexuales y reproductivos que conviene explicar para que sepas ejercerlos. Porque no hay mejor arma que comprender un derecho y aplicarlo al 100%.
Los derechos sexuales que tenemos:
- Derecho a la libertad sexual. Es tu derecho a expresar la sexualidad como quieras, sin que nadie te obligue, te explote o se aproveche de ti.
- Derecho a la autonomía sexual, integridad y seguridad del cuerpo sexual. Tienes derecho a tomar tus propias decisiones sobre tu vida sexual, sin que nadie piense por ti o te controle.
- Derecho a la privacidad sexual. Al igual que tienes derecho a la libertad sexual, también lo tienes a tu privacidad, a tomar decisiones sobre ti de forma individual que no interfieran con los derechos sexuales de otros.
- Derecho a la equidad sexual. Porque independientemente del sexo, género u orientación, todos somos iguales.
- Derecho al placer sexual. A disfrutar de tu sexualidad, al autoerotismo (así que eso de censurar por masturbarse es cosa antigua).
- Derecho a la libre asociación sexual. Es decir, a casarte, divorciarte, convivir o hacer lo que quieras con otras asociaciones sexuales.
- Derecho a planificar libre y responsablemente. Tienes derecho a decidir sobre tu cuerpo: si tener o no hijos, cuántos, el espacio entre ellos, etc. Igualmente tienes derecho a la información sobre métodos anticonceptivos, sobre fertilidad, etc.
- Derecho a información sobre conocimiento científico y sobre educación integral. Muy vinculado con el anterior, es un derecho sobre conocer todo acerca de tu sexualidad para disfrutarla al máximo. Porque es importante tener conocimiento de todos los aspectos relacionados con el sexo para saber afrontarlo.
- Derecho al cuidado de la salud sexual. Sobre todo para la prevención y tratamiento de problemas sexuales.
Ahora que conoces tus derechos, ¡es hora de ponerlos en marcha! Eso sí, sin dañar los derechos sexuales de otras personas.