Como sabes, y si no, te lo decimos, existen muchísimos tipos de fetichismos que excitan a unas personas u a otras. En cada continente puede haber algunos que llamen más la atención que otros y, en el caso de Japón, quizá se lleven la medalla de oro en fetichismos, no porque tengan muchos, sino porque jamás pensarías que existen.
Y es que Japón es uno de los países en los que la abstinencia sexual es mayor (a pesar de que es el país en el que más éxito tiene el sexo y más se vende). Pero esto sólo sirve para cimentar que los japoneses, aunque han dejado de practicar sexo, no se olvidan de él y han creado prácticas sexuales basadas en fetichismos (será por eso que el sexo con robots está cada vez más cerca).
¿Y cuáles son esos fetichismos? Pues nos encontramos varios:
- Ropa interior usada. Hay tiendas en Japón, llamadas Burusera, donde, a los fetichistas que les gusta “oler” ropa interior que ha sido usada puedan comprarla sin problema. De hecho, puedes encontrar tangas, bragas, y muchas más prendas con olor e incluso con saliva (o con restos de un orgasmo). ¡Hasta faldas, pantalones, etc.!
- Mujeres que venden su ropa. Una variante de la Burusera es la Namasera. Son tiendas donde encuentras dentro mujeres con ropa interior. ¿Que te gusta? No te preocupes, la compras y la mujer se la quita para que puedas llevártela (bien fresquita, o calentita, según se mire). Eso sí, no es barato el fetiche. Cueste unos 70 euros la prenda.
- Lametones en el ojo. ¿Cómo te has quedado? Yo también. Eso de lamer el glóbulo ocular (porque no es el párpado, es el ojo de verdad) es otro de los fetiches que triunfa en Japón y que está popularizado (de hecho, dicen que es lo que va tras el beso).
- Disfrazar el pene. ¿Te imaginas envolviendo al pene con un disfraz o algo parecido? Pues sí, lo hacen, para que después la pareja lo quite de manera sensual, suponemos que con la boca, o usando las manos muy lentamente. ¿Podríamos llamar a esto striptease de pene?
