Parece que Halloween es cosa de los más pequeños pero la experiencia nos demuestra que disfrazarnos no sólo mejora el desarrollo en la etapa infantil de la vida sino que además mejora y mucho las relaciones entre parejas, especialmente cuando la vida de estas ha entrado en la fase de la rutina y la falta de sorpresas.
La noche de Halloween se produce un aumento, según los datos de Dolce Love, del 37% de las reuniones de tupper sex y en la mayoría de ellas lo que las protagonistas solicitan son disfraces y productos que cambien por completo las noches de pasión con su pareja: “Nosotras decidimos organizar una reunión en casa de mi cuñada porque hacía meses que nos contaba que las cosas con mi hermano no iban bien. Éramos 12, todas casadas. La excusa era Halloween y la realidad fue que una vez termino la reunión y cada una se fue a su casa hicimos de los disfraces y del miedo la mejor noche de pasión de nuestra vida”, comenta Erika Sánchez, la anfitriona de la reunión.
Es importante tener en cuenta que el miedo genera en nosotros una adrenalina que hace que la sensación sea adictiva y placentera. De ahí que combinar el sexo con el miedo sea un cóctel molotov, un experimento que para muchas parejas ha sido la salvación de sus relaciones. Ser quien no somos y crear y recrear un escenario lúgubre, terroríficos y único puede convertir una relación sexual en una experiencia sexual.
Aprovechar que el calendario nos invita a vivir hoy una de esas noches únicas, sentir que Halloween es el día indicado para salir de nuestro propio cuerpo y disfrutar a través de los disfraces y de la imaginación de la mezcla explosiva del sexo y el terror.
