La sexualidad ha existido desde siempre. Y debido a las diferentes culturas que hay en el mundo, cada sexualidad es diferente. Por eso hoy vamos a hablar de los mayas y de cómo vivían el amor y el sexo.
Has de saber, en primer lugar, que la sexualidad entre los mayas tenía un profundo valor. De hecho, no había tantos tabúes como ahora los hay y lo que ahora se ve mal, como es la gordura o el ser rubio rojizo.
Según la sexualidad de los mayas, los hombres eran las personas activas y sustentadores de poder. Eran los más importantes. Los niños, a los 12 años, abandonaban la casa paterna para vivir en casas comunales donde se entrenaban, bien para la guerra o bien para la religión. Ellos debían permanecer en esas casas hasta que el padre les buscaba una esposa.
Durante ese tiempo, los hombres eran sometidos a una disciplina militar para desarrollar sus cuerpos.
¿Y qué pasaba con las mujeres? Pues ellas eran consideradas generadoras de vida y se encargaban de las tareas domésticas. Ellas, desde su nacimiento, debían servir a los hombres y estar siempre disponibles para las necesidades familiares o de sus maridos.
No tenían permiso de emborracharse ni tampoco de un comportamiento fuera de lo que se veía correcto entre las mujeres.
Su virginidad era muy importante ya que llegaban a equipararla con una joya preciosa. De hecho, a las niñas se les solía colgar una concha atada con un cordón debajo de la cintura para que todos supieran que era virgen. Cuando se perdía la virginidad demasiado pronto, o lo hacía con alguien con quien no iba a casarse, se decía que se pudrirían sus carnes.
Al margen de lo que pueda pensarse, lo cierto es que tanto hombre como mujer eran iguales pero cada uno en su rol, en lo que se les exigía de su género. Y era la unión de ambos lo que realmente daba la felicidad.
En cuanto a las relaciones, se sabe de la presencia de “juguetes sexuales” y que eran más liberales entre ellos. Además, las relaciones sexuales tenían como objetivo la satisfacción sexual para ambos.
