¿Alguna vez has pensado que la sexualidad ha tenido que evolucionar? Así es. Ya sabes que, si ahondas un poco, te darás cuenta que la homosexualidad no era tan mal vista haca unos años y en varios países. Pero no es a eso a lo que nos estamos refiriendo en estos momentos sino en otros casos que te pueden dejar con los ojos como platos y la boca abierta.
Y es que, dentro de la sexualidad, hay algunos casos increíbles de esos que se quieren olvidar pero están ahí para ser recordados. Por eso vamos a hablar de ellos.
Sexo con bestias
Aunque ahora mismo te puede escandalizar, lo cierto es que hay pinturas rupestres donde se ha interpretado una escena de hombres teniendo sexo con burros o incluso de animales salvajes, como por ejemplo leones). En la antigüedad el sexo con bestias era común y se practicaba. Ahora, eso es minoritario.
Prostitución obligada
En este caso los asirios pensaban que un adolescente recibía la gracia de Afrodita si tenía sexo con un extraño en el templo de la diosa. Es por eso que muchas niñas se sentaban en los escalones del templo y aceptaban al primer hombre que pasara por allí.
Cultura maya homosexual
En la civilización maya, una de las obligaciones de los padres era seleccionar una pareja para su hijo varón, una pareja varón, en el momento en que se alcanzaba la adolescencia para que vivieran juntos hasta que se casaban a los 20 años.
Dominación
¿Crees que el BDSM surgió con 50 sombras de Grey? Pues lo siento si pensabas así porque el BDSM ha existido muchísimo antes de esa novela y de que incluso nacieras tú o yo misma. Nos trasladamos a la época de la antigua Grecia y Roma donde las relaciones solían tener un dominante y un dominado. Y generalmente el dominante era el que realizaba la penetración mientras que la dominada era la persona que se dejaba dominar.
Los consoladores más antiguos
Esto quizá ya lo sepas pero uno de los consoladores más antiguos que se conserva tiene 26.000 años, un consolador de piedra. Pero no es el único, hay muchos que dicen que Cleopatra inventó el vibrador al encerrar en una calabaza a abejorros para que “vibraran”.