Te hemos comentado mucho sobre las infidelidades, sobre las razones, las excusas y hasta las formas de detectar una infidelidad. Pero quizás todo ello se vaya ahora por tierra cuando leas acerca de los mitos de la infidelidad. ¿Preparada?
En este caso somos objetivos y comentamos cada uno de los mitos que se suelen dar relacionados con la infidelidad de tal forma que puedes ver cuándo es uno es más subjetivo por dejarse llevar por los sentimientos, u objetivo, para saber lo que puede pasar en el futuro.
La infidelidad se da porque falta algo en la pareja. Este es el hecho de estar siempre buscando algo, como si no nos conformáramos con lo que tenemos. Es más querer un ideal que en realidad no existe y no se es capaz de apostar por la pareja, de trata de hacer realidad ese ideal con la pareja, como si siempre pretendieras encontrar otra cosa que sea mejor, cuando a veces no hay nada mejor.
Solo es sexo. Esta es otra de las excusas que ponen los hombres infieles, que solo es sexo, que no hay emociones, pero, ¿realmente piensa en las emociones que puede tener la otra pareja? Porque, por si no te das cuenta, afecta a su autoestima y al acuerdo de exclusividad que se firma con el matrimonio o cuando dos personas se van a convivir juntas.
Si hay amor, no hay infidelidad. Esto podría ser verdad, pero en realidad no es así. Hay personas para las cuales el amor no quiere decir fidelidad sino que separan el amor del sexo y pueden buscar una infidelidad para el sexo mientras con la pareja tienen amor.
La naturaleza del hombre. Si, es cierto, siempre se ha dicho que el hombre es promíscuo, que desde los primeros años de existencia era así, que iba con varias mujeres, o incluso tenía varias. Pero, ¿no es el hombre ahora racional? ¿No conoce lo que está bien y lo que está mal? Entonces nos llevaría a pensar que el hombre puede hacer frente a los impulsos que tiene y a superarlos, tanto por él como por la pareja. Entonces, ¿por qué la infidelidad hay que decir que es por su naturaleza si puede decidir no hacerlo?
Es culpa de otro. En este caso no es así. Puede que el otro incite, desee y todo lo demás pero quien tiene el compromiso es uno mismo o una misma y quien falta es éste es esa persona, no el tercero que, por su parte, ya cargará en su conciencia con lo que ha hecho.
