Es un hecho, no puedo hablar de mi trabajo sin que la peña se me ponga no morbosa. Soy asesora tapersex, a mucha honra, a pesar de que algunos miembros de mi familia, los más ancianos, piensen que mi trabajo es una aberración e inmoralidad. Ser asesora tupersex consiste básicamente, y en mi opinión, en ayudar a que la gente sea feliz con su sexualidad.
Así que tengo los dos extremos, los que dicen: « waohh trabajas en el tappersex que guay » y los otros que dicen: « que vergüenza trabajar vendiendo artículos tupper sex ». Los primeros, cuando se enteran de que eres asesora tapersex, no paran de hacerte preguntas muy morbosas y quieren saber todas las anécdotas sobre tus reuniones tupper sex. Y los otros intentan convencerte de que vas por mal camino y que acabarás mal. Yo no sé aún cuál de los dos aguanto menos.
Mi trabajo tuppersex es un trabajo como otro cualquiera que me da para comer y vivir bien. Además diría que es muy bonito porque en las reuniones tapper sex, muchas veces, ayudamos a las personas a no sentirse acomplejadas, a tener confianza en ellas mismas. Una reunión tapper sex, muchas veces, equivale a un curso acelerado de psicología y terapia sexual.