Vamos a ver, cuando eras pequeño, ¿qué le pedías a Los Reyes Magos? ¿Ropa? ¿Colonia? ¡NO! ¡Pedías juguetes! Entonces, ¿por qué de adulto no sigues pidiendo juguetes? Porque sabes que de adulto también se juega, ¿verdad?
Yo siempre he defendido que en estas fechas, hay que pedir juguetes. Para regalos prácticos o clásicos, ya disponemos de otras ocasiones a lo largo del año como los cumpleaños y demás. Pero para Navidad, hay que recuperar esa ilusión de abrir el regalo y descubrir tu nuevo juguete favorito.
Cuando yo era pequeña no podía dormir pensando en la de historias que iba a vivir con mis nuevos PinyPon (los de antes, los originales, no esas “modernidades” que venden ahora…). Hoy no puedo dormir pensando en la de orgasmos que voy a vivir con mis nuevos juguetes eróticos.
El principal motivo por el que hay que regalar juguetes eróticos es porque estás regalando placer. Normalmente, el destinatario de los regalos navideños suele ser una persona a la que queremos, salvo si te toca tu suegra en el amigo invisible… en ese caso, te puedes saltar este artículo y regalarle lo que más (o menos) te apetezca. Te doy permiso.
Ahora en serio, los juguetes eróticos pueden ayudarte a descubrir todo un mundo de posibilidades, de sensaciones y de placer. ¿Quieres hacer feliz a esa persona especial? Pues ya sabes qué tienes que regalarle.
Lo que no hay que hacer, es pensar que como ahora tiene juguete nuevo, va a dejar de jugar conmigo. ¡NOOO! Los juguetes eróticos no sustituyen a nadie, sólo son un complemento más de uso y disfrute. Ayudan a romper con la monotonía, a conocer y reconocer, más y mejor, a uno mismo y a la pareja. Se pueden utilizar en solitario, en pareja, en trío o lo que se tercie (siempre con unas medidas de higiene apropiadas).
Otra reticencia a la hora de regalar juguetes eróticos es: ¿qué va a pensar de mí? ¿eso es para depravados? No, no y no. Hay que romper con esa mentalidad, los juguetes ha sido, son y serán objetos diseñados para divertirse y disfrutar. Y esta premisa se aplica a todo tipo de juguetes, incluidos los destinados al público adulto: los eróticos.
Además, nadie te está diciendo que encargues un masajeador con dos motores y con más vibraciones que mi lavadora centrifugando. Puedes comprar… quiero decir… encargarle a los pajes reales, aceite de masaje para una velada especial. O para los más golosos pintura corporal de chocolate, por ejemplo, para lamer, mordisquear… Si sois un poco juguetones, un plumero y un antifaz pueden dar mucho juego. Si lo que prefieres es algo más clásico y disimulado, ahora venden unos complementos eróticos de lo más sensuales… Y puedo seguir sugiriendo juguetes durante horas y horas, porque el catálogo de juguetes eróticos que puedes encontrar es inmenso. Hay que dejar atrás prejuicios y reticencias porque es una pena que algunos adultos se queden estas navidades sin su juguete.
Resumiendo, hay juguetes de todo tipo, para todos los gustos y para todos los bolsillos. Tan sólo tienes que acercarte a tu tienda de confianza y dejarte asesorar. Esta Navidad, regala juguetes eróticos, regala placer. Te lo agradecerán.