Una de las prácticas de juego que se utilizan en el BDSM es, sin duda, el bondage, entendiendo como tal a la inmovilización de una persona, la sometida, por parte del dominante.
El bondage puede parecer algo muy peligroso pero recordamos que, en el BDSM, las palabras “seguridad” y “consenso” son muy importantes y la persona dominante debe velar porque ambas se cumplan ya que, en otro contexto, no se podría hablar propiamente de bondage (ni de dominación y sumisión).
Aunque puedas pensar que el bondage es, por ejemplo, atarte en la cama, lo cierto es que hay que tener en cuenta muchos riesgos que pueden ocurrir y que hay que saber anticiparse a ellos. Por darte algunas claves:
Una persona atada puede acabar por hacerse marcas allá donde tenga la cuerda o cualquier otro elemento que se haya utilizado para restringir el movimiento.
Hablamos de que puede haber un torniquete, es decir, que la cuerda o lo que se use para atar actúa impidiendo el riego normal de sangre, con lo que cuando se nota fría esa extremidad o dolorida, hay que aflojar o incluso dejar el juego hasta que se recupere la sensibilidad.
Dentro del bondage hay muchos estilos, algunos más conocidos que otros. En general, los que puedes encontrar (o encontrar gente que sepa de los tipos de bondage):
Hogtied: Es una atadura que apenas permite movimiento. Se trata de una restricción muy incómoda para la persona sometida y suele ser con los brazos atados a la espalda y los tobillos amarrados a esos brazos.
Bondage oriental: Es uno de los más meticulosos y artísticos aunque en realidad las primeras ataduras del bondage eran rápidas (porque eran las que usaban en las guerras para controlar a los enemigos y poder seguir luchando).
Bondage Spread Eagle: Traducido como el bondage de águila abierta. Se basa en atar a una persona en la cama, en un marco de la puerta, en un bastidor, etc. y que sus miembros queden lo más abiertos posible.
Bondage de pechos: Es una técnica avanzada que no soporta cualquier persona ya que se basa en la atadura en los pechos, no solo con una vuelta, sino con varias. Es muy dolorosa y la persona que lo haga ha de saber muy bien lo que hace.
