Cuando vemos una película romántica, las escenas de sexo pueden ser más o menos fuertes. Si vemos una película más enfocada al sexo, éste suele ser genial, hay una gran satisfacción, ya sea por uno o por los dos miembros de la pareja. Pero, ¿realmente es la verdad? Pues lo cierto es que no, la mayoría de las veces no.
Hoy vamos a hablarte de cómo es el sexo en el cine y cómo las escenas de sexo, que tan reales se ven en la pantalla, en realidad no son más que una mentira, un cambio de la cámara, dobles, encuadres que simulan que se mantiene sexo real, sudor, gemidos,… Hay de todo, y la mayoría de ello fingido e irreal. De ahí que la ficción y la realidad nunca se parezcan.
Joe Carnahan es conocido por películas como Blood, Guts, Bullets and Octane, Narc o Smokin’ Aces. Actualmente va a sacar una película más, Strech, con Patrick Wilson, Jessica Alba y Brooklyn Decker y ha querido dar a conocer cómo se graban las escenas de sexo en las películas.
De hecho, por internet puedes encontrar vídeos de la grabación donde se ve cómo las graban. Pero no es la primera vez; para la película Nymphomaniac, la productora Christine Vesth admitió que engañaban en la pantalla porque lo que hacían no era real: “Filmamos a los actores fingiendo tener sexo y luego tomamos a los dobles de cuerpo, quienes realmente tuvieron sexo, y en postproducción mezclamos digitalmente las dos tomas”.
En otra película, Adele, tampoco hubo realmente sexo lésbico sino que se diseñaron vaginas artificiales basadas en las de las protagonistas para que pudieran realizar las escenas con mayor comodidad.
Esto nos lleva a pensar algo que sabemos que ya muchos tienen en cuenta: que realmente no hay sexo en las películas pero que se idealiza de tal modo que, en ocasiones, llega a ser negativo para las relaciones de pareja ya que se espera una cosa y luego no sale como realmente se veía (con lo que llegar a toparte con la realidad puede acabar con muchas ilusiones de las personas).