BDSM

Si juegas con un dominante desconocido, esto debes tenerlo en cuenta

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Tener relaciones sexuales con una persona a la que apenas conoces puede ser peligroso. Pero si a eso le unimos practicar BDSM con esa persona, puede ser aún más grave porque, ¿realmente puedes confiar en esa persona?

El BDSM se basa en que una persona (sumisa) pone su vida y su placer en manos de otra (dominante) y cuando la relación está empezando, es muy fácil cometer errores o elegir a compañeros que no debieron estar nunca dentro de esa elección. Por eso es que deberías tener en cuenta lo siguiente:

Antes de empezar a jugar, habla con la persona dominante. Necesitas conocerla y también que él o ella sepa cuáles son tus límites, lo que te gustaría que pasara, los miedos que tienes, así como palabras de seguridad, etc. Todo esto puede ser complicado porque piensas que no deberías hablar tanto, pero lo cierto es que sí porque, si ese hombre o mujer solo está interesado en el sexo, acabará aburriéndose y será mejor que se vaya a que experimente contigo o que solo acabe disfrutando él. Además, otro motivo por el que hay que hablar es para tranquilizarse y saber lo que te puede hacer porque sí, puedes pedir que te cuente qué te haría y cómo para saber si estarías preparada. Es algo que muchos hacen, sobre todo en las primeras sesiones.

Cuando juegues, no toleres cosas que no se hayan pactado. Cuando ya tienes confianza con esa persona, no pasa nada porque sabes que no hará nada que te ponga en peligro, pero si ese dominante hace algo que no habíais hablado antes, di la palabra de seguridad y acaba con el juego, aunque estés excitada y quieras saber por curiosidad lo que se siente. Te ponemos un ejemplo claro: tu dominante te ha dicho que va a sacar una pluma y te va a acariciar con ella el cuerpo. Y lo hace. Pero seguidamente saca un cuchillo. En tu estado de excitación puedes tener curiosidad de lo que sentirías al pasarte un cuchillo pero, aquí, haz caso al miedo. Detén el juego de inmediato y habla con esa persona.

Un dominante no puede aprovecharse de una sumisa por estar jugando. Si no se ha pactado sexo, no puede haber sexo, ni llevar a un límite a una sumisa solo porque a él le guste. Es algo que también detiene por completo el juego.

Jamás aceptes un collar de un desconocido. No sabemos si es por cosas de las novelas, las películas o qué pero muchos “dominantes” creen que ofrecer el collar a la primera de cambio lo que consigue es que la mujer sea dócil y que se pliegue a sus deseos. Pues bien, esas personas no son dominantes ni nada, y aceptarlo es una insensatez porque, ¿realmente sabes lo que conlleva? ¿Y tiene él algún valor al ofrecer su lealtad a la primera que le gusta?

Exige sinceridad y confianza. No porque seas la parte sumisa quiere decir que debas dejar que hagan lo que quieran contigo. Esto no va así. Procura poner todas las cartas sobre la mesa y negociar. Incluso a los Amos de verdad les gusta eso porque para ellos eres un reto y ven todo tu potencial. Les gustarás más. Y a los que te digan que eso no es ser sumisa, ya sabes lo que significa para ellos ser “dominantes”, solo el tener a mujeres a sus pies para que hagan lo que a ellos les dé la gana sin preocuparse por la otra persona.

Si ese dominante no respeta tus límites, se acabó. Lo hemos dicho antes, los dominantes deben saber cuáles son los límites de sus sumisas y respetarlos, más aún en las primeras sesiones entre dos desconocidos. Si no lo hace, no va a hacerlo después. Y no te pliegues si te dice que, si lo quisieras, lo harías; también él debería ser leal a lo que se haya pactado antes.

Nunca juegues con un desconocido BDSM en un lugar aislado. Es mejor utilizar una sala de BDSM de algún club o incluso una habitación de hotel, algún lugar donde sepas que, si necesitas ayuda, te van a escuchar. Un consejo siempre suele hacer jugar en público ya que, si dices la palabra de seguridad y él no se detiene, los demás Amos acudirán en tu ayuda para hacerlo.

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