Seguro que te has quedado a cuadros cuando lo has leído. Pero no es algo que nos hayamos inventado ni tampoco un título para llamar tu atención y hablarte de algún problema poco relacionado con la depresión o la vagina. No es así.
Realmente existe el síndrome de la vagina deprimida y, aunque no hayas oído hablar de ello, hemos de decirte que existen entre 200.000 mil y 6.000.000 millones de mujeres que lo padecen. Una cifra bastante elevada, ¿verdad que sí?
El síndrome de la vagina deprimida se caracteriza por tener un dolor agudo en el bajo vientre que se vuelve crónico si no se trata. Puede sentir también irritación en la vagina o ardor pero, aunque se confunde con una infección vaginal, lo cierto es que queda descartada, así como la otras enfermedades.
La vulvodinia, nombre que también recibe el síndrome de la vagina deprimida, se suele tratar con antidepresivos ya que se ha podido ver que las pacientes mejoran con ese tratamiento (de ahí el nombre tan ocurrente). Pero hay que ir más allá puesto que debe haber una causa para que se produzca.
Los profesionales aún no saben bien por qué tiene lugar este problema pero suele estar enfocado a un nivel psicológico en cuanto a las relaciones sexuales (bien por un trauma, por un problema al tener relaciones sexuales, por miedo, etc.) que hace que la vagina reaccione impidiendo el placer y disfrute del sexo y que, a la larga, el dolor o malestar que se presenta sea constante.
Algunos expertos hablan de una subcategoría dentro del vaginismo, que es el problema que tienen las mujeres para mantener relaciones sexuales, por lo que recomiendan que, una vez tratado el problema, el sexo sea parte de la terapia para que el síndrome de la vagina deprimida desaparezca.
Si crees que puedes padecer de vulvodinia, lo mejor es que acudas a un ginecólogo para que te haga pruebas ya que, cuanto antes se diagnostique, el tratamiento será más efectivo.