Aunque parezca una tontería, hablar de homosexualidad hoy día parece implicar solo a las relaciones entre hombres, pero no entre mujeres. Ver por la calle dos hombres como pareja ya no escandaliza tanto pero, cuando esos dos hombres se cambian por dos mujeres, la cosa cambia, a veces bastante.
Y es que el lesbianismo no está tan extendido como la homosexualidad. Esto puede ser debido sobre todo a la fobia que existe en cuanto a las mujeres unido a los muchos mitos que todavía existen, a saber:
- Doble discriminación. La mujer lesbiana tiene una doble discriminación. Por un lado, es discriminada por ser mujer pero, además de eso, también lo es por ser lesbiana, por no querer a un hombre a su lado. Desde ese momento es cuestionada en todo lo que hace y la percibe de forma diferente a un hombre homosexual, a una mujer heterosexual.
- Sólo son amigas. Cuando se ve a dos mujeres haciendo algo íntimo se considera que son solo amigas, muy amigas, pero que no hay una relación. Y si la hay, se oculta, o se vuelve invisible porque no es habitual lo que se ve.
- Una de las lesbianas tienen rol de hombre. ¿Cuántas veces se habrá oído esto? Quizás es por el hecho de que, una de las primeras parejas que se casó, además por la iglesia, tenía un rol de hombre y rol de mujer. Hoy día no es así, las mujeres no tienen que coger un rol u otro, se gustan a sí mismas por cómo son, no tienen por qué pensar en ellas como “hombres y mujeres” sino como personas que se sienten atraídas por otras.
- Entre lesbianas siempre tiene que haber un pene para disfrutar. Es quizá uno de los mitos más conocidos y más erróneo que hay. Y es que en las relaciones entre lesbianas, ni debe haber una que tome el rol de hombre y otra de mujer, ni tampoco es necesario que haya un pene en la relación para disfrutarla al máximo. Ellas saben muy bien cómo hacerse disfrutar.
Las lesbianas tienen derecho a ser reconocidas y aceptadas, algo que, poco a poco, y con la salida a la luz de más famosas que lo declaran abiertamente, se está consiguiendo.