Ponte en situación: estás con tu pareja en pleno acto sexual, él haciéndote cosas y tú disfrutando con lo que hace, con los ojos cerrados, dejándote llevar. Los abres y, ¡oh, Dios mío, es…! Sí, en esos puntos suspensivos debe ir el nombre de algún famoso que, de repente, ha sido la persona que te estaba haciendo todo eso. Y es posible que te quedes sorprendida, o que disfrutes de ello. No es nada malo, ya que no es una infidelidad. Pero sí padeces alorgasmia.
Alorgasmia recuerda mucho a “anorgasmia” y, sin embargo, son dos cosas totalmente diferentes. En el caso de la alorgasmia, se produce cuando una persona, hombre o mujer, mientras tiene relaciones sexuales piensa en otra persona para conseguir una mayor excitación.
Esto provoca que, en la mayoría de los casos, se usen personas famosas o conocidas para que sirvan de estimulante (igual que ellos pueden pensar en alguna mujer famosa que los ponga a mil) y en cierto modo no podemos decir que sea malo. En realidad, muchos estudios dicen que no lo es, al contrario, puede ser bueno porque hace que la excitación sea mayor.
El problema viene con que esa persona sí considere que engaña a su pareja al no pensar en ella pero en la mente es muy difícil controlar las cosas y los propios expertos ya comentan que es un juego, que no se debe tomar como infidelidad o provocar dudas acerca de si se está enamorado de la pareja o si pensando en ella va a disfrutar tanto del sexo como fantaseando.
Ahora bien, sí que puede existir un peligro si los episodios de alorgasmia se producen de manera regular porque eso provocaría desconfianza y distanciamiento de la pareja, por un lado porque uno entiende que no es suficiente para conseguir excitar a la pareja; y el otro porque tiene dudas de que sea la pareja con la que va a disfrutar a lo largo de su vida.
En definitiva, la alorgasmia, si es poquito, es buena pero cuando se abusa de ella puede romper una relación, a veces por una fantasía que puede no llegar a hacerse realidad nunca.