¿Te has dado cuenta que a los hombres les encanta la posición del perrito? Es una que les pone a mil y que siempre quieren probar o intentar en las relaciones sexuales pero, en el caso de las mujeres no gusta tanto porque tienen que estar a cuatro patas, soportar, no solo su peso, sino también las embestidas y eso hace que las rodillas y las muñecas se resientan, así que no disfrutan tanto, más cuando pasan mucho tiempo así.
En el caso de los hombres, esta posición les fascina por tener una visión del trasero (que a muchos les encanta), porque no tienen que hacer mucho esfuerzo y además porque consiguen entrar de manera más profunda.
No es cuestión de quitarle la ilusión a ellos, ¿verdad? Así que toma nota de estos consejos que seguro te ayudan a solucionar los problemas que tienes ahora:
- Cambia de posición hasta que encuentres la adecuada para ti. Al margen de tener la posición del perrito, ten en cuenta que hay muchas variantes, por ejemplo relajar los brazos al echarte sobre la superficie o algo así. El caso es que, aunque sigas en esa postura mucho tiempo, siempre puedes cambiar un poco.
- Inclina el trasero. Es una manera de ajustar la posición además de ayudar a tu pubis porque con las embestidas conseguirás que sus testículos te rocen y harás que la sensación sea mucho más placentera.
- Hay que ir despacio al principio. Si vais despacio conseguirás una reacción más placentera de tu cuerpo que si, nada más penetrar, empieza a golpearte fuerte o con embestidas profundas. Recuerda que no estáis corriendo un maratón.
- Ocúpate tú también del empuje. En lugar de que controle él, ¿por qué no hacerlo tú? Pide que se esté quieto y hazlo tú. Controlarás así la profundidad, velocidad y ángulo de acción, y puede que te haga sentir mejor pero, también, que tu pareja sepa lo que te gusta para que después lo repita.
- Hazlo un poco duro. Deja que te tire del pelo, o que pase sus uñas por tu espalda, que te dé una cachetada, todo eso tendrá una reacción en tu cuerpo y será buena, ya lo verás.