El BDSM entendido desde el sentido más popular y en base al desconocimiento es llamado “sado”, también se conoce que son prácticas de más o menos contenido sexual. Así pues, y siempre hablando desde quien ignora el significado real y absoluto de las siglas diríamos que el BDSM es el lado extremo del sexo, con lo cual juntando los dos términos populares tendremos “sexo sádico”.
Respecto a este resumen aclaro que no es correcto pero reconozcamos que es así como popularmente se conoce.
La palabra sádico o sadismo es conocida y entendida así como la palabra sexo o sexual. Si ahora hiciésemos una encuesta en la calle sobre el conjunto de esas dos palabras “sexo sádico” todo el mundo podría hacerse una rápida imagen del concepto porque la mente asocia lo poco o mucho que sabe y añade una representación visual de lo que en algún momento ha visto o vivido y crea así la descripción. En cambio, si a las mismas personas les preguntamos por el BDSM y lo que significan las siglas apreciaríamos que existe un gran desconocimiento al respecto. Si seguimos con el estudio y presentamos, después de encuestar con las primeras dos palabras, una imagen donde se ve a una mujer (u hombre) con un látigo y a un hombre (o mujer) desnudos con las nalgas enrojecidas, y preguntamos ¿qué es esto? Rápidamente se reconocería. ¡Sí, sí, esto es! El desnudo se asocia a algo sexual y el látigo a algo sádico o al castigo. Pues ya tenemos la bomba preparada, ahora les decimos a todos los encuestados que lo que han visto y descrito se le llama BDSM y dejamos que la bomba explote.
Pues bien, este inicio del artículo no ha sido ni más ni menos que para explicar qué es lo que ha ocurrido con el BDSM. Básicamente se ha dado a conocer como las siglas que acogen a todos estos depravados que practican sexo y sado (que nunca se recordará el acrónimo sino como “el sado”) y ahí se puede incluir, y por ende excluir, a toda esa parte de la sociedad que está mal de la cabeza. Podríamos resumirlo así mal pero así de fácil.
Gran parte de la desinformación o mala información no ha sido de nadie más que de los propios bedesemeros. Siempre se ha querido mantener una cierto misterio, u ocultamiento hacia el resto de los mortales porque de esta forma se presentaba como algo exclusivo y elitista, una especie de secta a la que a sólo unos pocos y muy selectos se les dejaba formar parte y gracias a eso los ignorantes han ido echando porquería encima ensuciando y desvirtuando este maravilloso mundo.
Esta forma de actuar antes podía entenderse porque la represión en el tema sexual era tremenda pero hoy ya no hay excusa.
Si únicamente se hubiese mantenido ese elitismo y misterio no me importaría demasiado porque en el fondo lo misterioso es excitante (¿habéis visto la película “Eyes wide shut”?, sería un buen ejemplo) pero lo malo es que se ha dado a entender que “todo vale en el BDSM” y eso no es, ni de lejos, así. Os hablaré de ello en el próximo artículo.
Para resumir y dejando aparcado lo excitante os diré que lo importante para formar parte de este mundo no es ser masoquista o sádico sino tener fantasías y ser libre para realizarlas bajo consenso de quienes participen en ellas. Lo básico, y debería quedar grabado a fuego, es que el BDSM debe practicarse SIEMPRE desde una mente sana, donde el poder sólo es otorgado por otras mentes sanas y así fantasean, pactan y actúan con sentido común y respeto.
Domina Ishtar – www.dominaishtar.com