El arte de caminar sobre el cuerpo. Suena bien, ¿no? Puedes pensar en una persona en el suelo y otra que camina, principalmente por la espalda, haciendo un masaje con ello.
Pero no, no nos referimos precisamente a eso sino a la práctica del trampling. ¿A que ahora no sabes de lo que hablamos?
El trampling es una práctica sexual que se utiliza mucho en BDSM y consiste en pisar o caminar, descalzo o con zapatos (más concretamente tacones), sobre el cuerpo de alguien.
Esta práctica la usan las mujeres dominantes para jugar con sus sumisos o bien personas que son fetichistas de pies y que se excitan mucho al ver presionada alguna parte de su cuerpo con los zapatos.
A la hora de practicarlo, hay que tener en cuenta algunas pautas como son:
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Si se es principiante, conviene pisar al principio descalzo y evitar, en la medida de lo posible, las zonas más sensibles.
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A la hora de usar el trampling, debes tener en cuenta que se puede hacer subiéndote en la otra persona o bien solo pisando. Si es subirte, controla tu peso ya que puedes hacerle mucho daño si pesas demasiado. Si solo es pisar, no ejerzas demasiada presión y hazlo en una zona donde, si pasa algo, puedas retirarse fácilmente.
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Puedes pisar con tacones pero prueba unos de tacón fino (de aguja). Aunque creas que esos van a hacer más daño, pueden ser al contrario porque la superficie que pisas es menor (al menos con el tacón).
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No hagas movimientos bruscos, ni por uno ni por otro. Eso lo único que conseguirá es que haya algún accidente.
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Ten en cuenta que puedes dejar marcas a la otra persona, sobre todo si no controlas bien. En este caso, después de jugar, no estaría de más revisar el cuerpo y aplicar alguna crema para que no vayan a más.
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La mayoría de las personas que hacen trampling suelen tener posiciones: sentada en una silla, apoyada en una pared, etc. Es una forma de controlar y no aplicar todo el peso en la zona.
¿Te animarías a hacerlo?