Hasta hace relativamente poco, la masturbación, sobre todo la masturbación femenina, parecía ser un pecado. De hecho, muchas madres y padres se escandalizaban si encontraban a su hija tocándose o disfrutando de su sexualidad y para ellos eso era motivo de dar un grito y clamar al cielo porque su hija hacía algo indecente.
Gracias a la evolución, ahora la masturbación femenina no tiene tanto problema como antes y eso ha ayudado a que la mujer comience a conocerse más, a saber cómo es su cuerpo e incluso a prevenir problemas mayores al saber cuándo su cuerpo no está bien. Pero aún así, hay mucho más sobre la masturbación que puedes no saber.
Conoces tu cuerpo. La masturbación es uno de los mejores métodos para conocerte a ti misma, para saber lo que te gusta y lo que no. Y no nos referimos solo al clítoris o a la penetración; sino también a las zonas erógenas. Conocer tu cuerpo te ayudará a que, el día de mañana, sepas lo que tu pareja tiene que hacerte para sentirte mejor.
Adiós estrés. Muchos estudios le otorgan la capacidad de eliminar el estrés, la tensión y los nervios debido a la liberación de hormonas y de energía. Eso hace que te alivies de ese día horrible que has tenido y te haga sentir un poquito mejor.
Hay una mayor satisfacción sexual. Y es que, al conocerte y saber lo que te gusta, la seguridad que adquieres hace que, a la hora de los encuentros sexuales, te desinhibas más y puedas disfrutar del sexo y sobre todo del orgasmo.
Aumentarás tu sistema inmunológico. Cuando te masturbas, se libera una hormona llamada cortisol que es la encargada de aumentar el número de células inmunes y darles más poder y defensa contra los ataques de virus y bacterias. No serás invencible, pero sí que las enfermedades te atacarán de una manera más suave.
Es un buen analgésico. Cuando te duela la cabeza, o cuando estés con el periodo, la masturbación te puede ayudar a calmar esos dolores y a sentirte mejor.
