Finalmente llegamos a la última de las etapas de las fases sexuales de la mujer, y sin duda la que más queremos que llegue, aunque después seamos de las que repitamos una y otra vez.
La fase del orgasmo es la última etapa sexual de una mujer que, tras la fase de deseo, excitación y meseta, necesita la liberación de la tensión sexual que se acumula en su cuerpo.
Definir el orgasmo es algo muy complicado de hacer porque, de hecho, si te preguntáramos a ti lo que es el orgasmo, seguro que no tendrías palabras para definirlo y es posible que solo nos contaras cómo es el momento del clímax para ti. Pues bien, el orgasmo se puede definir como ese momento de mayor placer sexual para la mujer. Es algo al que todas las mujeres aspiran pero que, desgraciadamente, no todas llegan, bien por un motivo o por otro.
El caso es que la fase del orgasmo ocurre tras una fase de meseta en la que la excitación va creciendo gradualmente hasta un punto máximo en el que sucede el clímax. Hay que decir que éste se caracteriza por una serie de contracciones involuntaria con una frecuencia de 12 veces cada 0,7 segundos, bastante más que en el caso de los hombres.
En esa etapa, la excitación así como el deseo y la meseta desciende casi a puntos mínimos pero, al contrario que los hombres, las mujeres podemos volver a ser estimuladas de nuevo para tener nuevos orgasmos, de ahí que se sea multiorgásmica. Esa situación se suele conocer como fase de resolución, que relanzaría de nuevo las fases sexuales, no ya al deseo, sino a la propia excitación y meseta de una forma más rápida.
El orgasmo suele producirse principalmente por la estimulación en el clítoris, no tanto en la vagina. De hecho, muchos expertos consideran que la llave para el clímax femenino es el clítoris, y que por ello no hace falta la penetración si se saben usar bien las manos, la boca o cualquier juguete erótico.