Sexo oral. Es una palabra que evoca maravillas, sobre todo para quien lo ha practicado. Realmente podemos decir que es una experiencia maravillosa, no solo recibirla, sino también proporcionarla, porque en ambas situaciones ves dos roles que no verías de otra forma.
Cuando practicas sexo oral a tu pareja, te sientes poderosa porque sabes que es por ti que está sintiendo ese placer y que la tienes a tu merced ya que, en ese momento, se desvive por las sensaciones.
Cuando te practican sexo oral la cosa cambia, tomas el papel de antes y te dejas llevar, pasas a ser la parte pasiva de la pareja, al menos mientras las sensaciones te nublan, de tal forma que vives como si estuvieras en el cielo.
Pero, ¿qué se piensa en esos momentos? ¿Te lo habías planteado alguna vez?
- No pienso. Una de las primeras respuestas que puede salir es “no pienso” porque, ¿realmente se piensa algo cuando estás en esa tarea de hacer disfrutar y disfrutar uno mismo de lo que se hace? Pues bien, sí que ocurre, se piensan muchas cosas. Pero de primeras tu mente se queda en blanco porque es algo que nunca te has planteado, ¿o nos equivocamos?
- ¿Lo hago bien? Las dudas acerca de si el sexo oral se está haciendo bien o no es uno de los pensamientos que pasan a menudo por las personas. Hay muchos tipos de mujeres y de hombres y que tengas una “técnica” no quiere decir que pueda servir para todas. Por eso hay que amoldarse a cada mujer, a cada hombre, y saber lo que le gusta y lo que no. Por supuesto, también es cosa de la mujer dar alguna señal de que va por un buen camino. Y lo mismo va para los hombres.
- ¿Cuántos orgasmos le daré? Los hombres son muy competitivos y les encanta ser los mejores, proporcionarte una experiencia que no olvides y que sea mejor que cualquier otra experiencia previa que hayas tenido. Es por eso que van a intentar llevarte al límite pero, al final te sacará el tema de si te ha gustado, que si has tenido muchos orgasmos, cuántos y si otras parejas habían conseguido eso.
