Seguimos hablándote de los casos más increíbles de la historia de la sexualidad. Y es que no solo habrá estos, estamos seguros de que podrás encontrar muchos más donde conocerás algo sorprendente. ¿Estás lista para conocer más cosas extrañas?
Masturbación de la realeza
En el Antiguo Egipto se pensaba que, para que el Nilo siempre llevara agua, el faraón debía masturbarse haciendo que el semen cayera en el agua. Después de él, los hombres también debían hacerlo.
De hecho, es una tradición de la que, aun hoy día, se oye hablar y algunos hasta la practican.
Felaciones divinas
Cuando Seth descuartizó a Osiris con el objetivo de quedarse con el poder el Antiguo Egipto, Isis, hermana y esposa de Osiris, recogió los restos y lo retornó a la vida. El problema es que nunca encontró el pene e hizo uno con arcilla. De ahí, según dicen, el lápiz labial, porque Isis se mancharía por la arcilla.
Sexo sin semen
En el caso de los taoístas, éstos pensaban que el semen era una fuente de energía positiva por lo que no podían eyacular durante el sexo (porque ellos perdían energía y se la daban a las mujeres). De ahí que el objetivo era que ellas llegaran al orgasmo, o incluso eyacularan, para hacer más fuertes energéticamente a los hombres.
Secuestros temporales
En la Antigua Grecia, cuando alguien se enamoraba de otro, se lo decía a sus amigos y, en caso de que no atendiera su solicitud, podía secuestrarlo por un máximo de 2 meses, no sabemos si para mantener relaciones, para convencerlo o por otros motivos.
Te presto a mi esposa
En Arabia (en la época pre-islámica) los hombres prestaban a sus esposas, eso sí, solo para que tuvieran sexo con la nobleza y las clases pudientes. No lo hacían a cambio de dinero sino por posición social. De hecho, cuanto más sexo tuvieran con ese tipo de hombres, más posicionado estaba esa familia. Eso sí, la mujer no volvía hasta que quedaba encinta de ese hombre poderoso (suponemos que después no se haría cargo del hijo o que lo despreciaría a pesar de ser de su propia sangre).