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Los ruidos del sexo

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Sexo. El acto sexual siempre es algo hermoso, una forma de conectar con la pareja amada, de desfogarse, de quemar energía, de quitar de la cabeza los problemas y dejarse llevar. De satisfacerse sexualmente. Pero, ¿qué pasa cuando hay ruidos? Porque los hay. Y es algo que no podemos evitar.

Muchas veces, en el sexo, nos podemos encontrar con sonidos que nos hacen ponernos coloradas, o que nos provocan perder la excitación: una ventosidad, los gases que se producen, la fricción en los cuerpos que hacen que puedan “chirriar”, todo eso acaba con el romanticismo de la situación. Pero son algo normal. Deja a un lado lo que cuentan en películas, series y novelas y pon los pies en la tierra: el sexo también provoca ruidos extraños.

Y por ruidos extraños nos estamos refiriendo a:

  • Gases vaginales. Son muy normales y aunque no lo creas les pasan a muchas mujeres. De hecho ocurre cuando el aire que se mete en la zona íntima queda atrapado con la penetración. No es que te hayas tirado una ventosidad, es que él ha hecho el vacío en tu vagina y al penetrarte el aire intenta escapar por donde puede. Así que si hay que echarle la culpa a alguien que sea a él.
  • Gases intestinales. No se pueden evitar. Pero cuando se producen no es cuestión de echarle en cara las cosas. A ti también te pueden dar y es algo normal. Así que tómalo con filosofía e intenta pasar de ellos en la medida de lo posible.
  • Gemidos raros. Más de una vez te habrá pasado que te has excitado mucho y los gemidos no son iguales que otras veces, que tu voz sale rara. No es nada malo, cada encuentro sexual hará que tu cuerpo se excite de maneras diferentes y eso hará que tus gemidos también sean distintos.

Así que ya lo sabes, en el sexo también hay ruidos raros que no tienen por qué cortar la magia del momento. Si se producen, intenta no fijarte en ellos y seguir a lo tuyo que es disfrutar todo lo que puedas y más.

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