En una entrada anterior te hablamos de las fases sexuales de la mujer, y más concretamente de la fase del deseo, la primera que tienen las mujeres y la que inicia, de alguna forma, la sexualidad en la mujer (a recordar, deseo, excitación, meseta y orgasmo).
En este caso hoy nos vamos a centrar en la fase de excitación, la segunda para las mujeres pero la primera en el caso de los hombres. Es una fase que inicia toda la sexualidad en la mujer y que hace que se prepare para las siguientes fases a fin de poder disfrutar del sexo, sea con penetración o sin ella.
La fase de excitación se caracteriza porque hay una reacción física en el cuerpo femenino debido a la atracción que siente por la otra persona. Quizá lo primero que pienses que ocurre es que se segrega más lubricación, la típica frase de que “se te mojan las bragas”, pero en realidad hay mucho más.
Y es que, en la fase de excitación en la sexualidad de una mujer ocurren varias cosas diferentes: por un lado, una congestión vascular, esto es, un aumento de sangre en los órganos genitales, pudiendo incluso incrementar su tamaño y hacer que cambie su estado; por otro lado, la “miotonía”, que es una contracción de las fibras musculares, de ahí que se empiece a lubricar más.
Sin embargo, esto no es lo único que ocurre en el cuerpo femenino en la fase de excitación, sino que hay mucho más como un aumento de la frecuencia cardiaca y de la respiración, una mayor lubricación, un enrojecimiento de la piel, etc.
De hecho, es una fase principal a la hora de poder seguir con las siguientes ya que, si no hay excitación, no se llega a la meseta y mucho menos al orgasmo. Algunas mujeres pueden tener dificultades en esta fase con alguna disfunción sexual pero lo normal es que la excitación se produzca de manera natural al principio, y de forma visual, antes que táctil aunque puede darse de muchas formas diferentes.